Las constituciones del Orden Libanés Maronita stipulan que: "el Orden Libanés Maronita constituye una de las vías de la vida monástica aútentica. Se inspira en el espíritu de la Iglesia Maronita Syriaca. Nuestro Orden se basa en la vida comunitaria, la vida de reza, de silencio, de quietud y de praticas aseticas. Además, el Orden asiste a actividades apostólicas, desde el convento como referencia, conforme a su historia y las necesidades de la Iglesia". Maronitas jóvenes de Aleppo han fundado el Orden Libanés Maronita. Llevavan el habito monastico con la benediction del patriarca Stephan Al Douwayhi al monasterio de Notre Dame Kannoubine, el 10 de noviembre 1695. desde entonces, se conmemora, en ese día, la fundación del orden Libanés Maronita. Despues su restauración, los fundadores vivían, en primero, en el monasterio 'Mart Moura', al lado de la región de Ehden. Pero han directamente empezado los trabajos de ensanche, y recibieron el convento de San Elisée en Becharré en 1696. desde el siglo 18, el Orden se extendió en Líbano; y entonces, los siguientes monasteriés eran fundado: San Juan Rechmaya en la region del Chouf en 1706, San Antonio Sir, junto a Rechmaya en 1707, el convento San Antonio Kozhaya, al lado de Ehden, en 1708, Notre Dame de Louaizé en Keserouan en 1706 y otros. En 1732, al Santo Sede ratifió la constituciones del Orden, que llagaban a ser la basa de las constituciones de multiples ordenes. En 1770, el Orden Libanés Maronita se dividió en dos ramos: el Orden Maronita de Aleppo ( Marista), y el Orden Libanés Maronita. Desde 1737, el Orden rebasó la fronteras de la Montana libanesa; entonces, misiones a Akka, Roma, Sidon, Tripoli y Chipre eran fundada. En el siglo 19, el Orden pusó énfasis en la formación de sus miembros, de la educación y del progreso. De hecho, multiples miembros se han vuelto en importantes Santos, como San Charbel, Santa Rafqa y el Bienaventurado Neematallah. Con el incremento de la emigración de los libaneses en el siglo 20, el Orden fundó misiones multiples: en Senegal, Argentina, Brasil, Costa de Marfil, Mali, Mexico, Australia, Canada, Inglaterra, Francia y Venezuela. Y además, el Orden dió apoyo a las misiones en Chipre, Yaffa, Bethleem, y Jerusalem. El orden participó al desarrollo del sector cultural y universitario, especialmente a través la Universidad del Santo Espíritu de Kaslik. Por otro lado, el Orden pusó énfasis para que su actividad humana sea pionera; entonces, fundó el hospital Notre Dame de Secours, y el establecimiento de Beit Chabab para los minusvalidos. Acompañando los emigrantes, el Orden arraigó el pueblo en su tierra. Era a su lado durante las guerras mundiales, regionales y locales. El Orden aguantó lo que el pueblo sufrió: fue expatriado y perseguido. Sus instituciones eran destruidas, y monjes se martirizeron. Cuando la hora de uelta tocó, el Orden era de los primeros a volver y reconstruir, porque dijó que la tierra simbolizó la donación y la misión, y que él que le abandona, pierda su personalidad y renuncie a su historia. Hoy, a través el dinamismo de su 450 miembros en sus dos ramos masculinó y femenino, en 80 conventos e instituciones, al Líbano y al extranjero, el Orden ya sigue. |