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Milagros - Nuevas gracias y curación
Sor Clara Abi Habib:

        “Soy Sor Clara, hija de Barbar y Majida Abi Habib, de la Orden del convento de San Juan en Hrach. Padecía de unas enfermedades muy dolorosas que son la nefritis (inflamación de los riñones) y la albuminuria y que causan intoxicación en el cuerpo. Había seguido muchos tratamientos y tenido muchos dolores a pesar de los medicamentos. Me hicieron al menos diez radiologías en el hospital de “Hôtel de Dieu” y salió que los riñones estaban secretando pus por la intensidad de la inflamación.
        Después de haber perdido la esperanza en la curación, visitó con una de las monjas y mi familia al monasterio de Kfifan donde está el sepulcro de fray Estefan Nehme. Tenía una fe firme en que al tocar a su cuerpo, me curara. Efectivamente, pude tocarle y seguidamente sentí que las enfermedades se desaparecieron totalmente. Luego, comí, sin sentir una molestia, todo lo que los médicos me habían prohibido comer durante mi enfermedad. Agradezco primero a Dios y luego a fray Estefan por haberme curado.”


Curación de Jano Yusef Nehme de El-Chiyah:

        El segundo de enero de 1971, la señora Marie Nehme vino y dijo: “Mi hijo Jano, nacido en 1948, había tenido una enfermedad en los ojos que se llama conjuntivitis que hizo de sus ojos dos lagos de sangre y le causó picor intenso muy doloroso. Hacia mucho tiempo que estaba así a pesar de los medicamentos y los colirios que le habían recetado varios médicos. Fui con él a visitar el Hombre de Dios (el Santo) El-Hardini. Al llegar al monasterio, vimos a un grupo de la familia de Nehme, parientes del piadoso fray Estefan Nehme que estaba expuesto a su familia. Dijo: “¿Por qué hay esta multitud?”. Me dijeron: “Hay aquí un fraile que se llama Estefan Nehme, ‘un santo’ que hace milagros.” Entramos al cuarto y mí vista cayo sobre cu cuerpo suave. Dije a mi hijo enfermo: “Acércate con fe para que te cure.” Este ángel paró y dijo: “Tío fray Estefan, te lo ruego, tu eres un santo, cúrame de mi enfermedad.” Tomó su mano suave, sus uñas blancas y su barba completa y los pasó sobre sus ojos que derramaban lagrimas, día y noche. Por el camino, Jano gritó: “Mama, tío Estefan me curó.” Efectivamente Jano su curó totalmente y he agradecido a Dios esta gracia.”


La curación de Nasab hija de Nakhle Salim El-Tarraf:

        “Soy Georgette, esposa de Nakhle Salim El-Tarraf, de Hadath Beirut, testimonio que me hija Nasab que tiene seis anos, tenía conjuntivitis que transformó el blanco de sus ojos en negro oscuro y rojo intenso y que le causaba mucho dolor, hasta que no podía más dormir por la noche. Le llevé a varios médicos especialistas pero sus remuneraciones, medicamentos y colirios se los llevó el viento. El medico Samir Salibe le prescribió un colirio, que está aún intacto, y que le di al monasterio de Kfifan. Entonces tuve fe y la llevé al sepulcro de fray Estefan Nehme. Juro por mi vida y por Dios que al poner a los ojos de mi hija Nasab una bendición de su tumba, se curó inmediatamente. Testimonio esto en frente de Dios y toda la gente y agradezco al fraile piadoso Estefan.”


La curación de Aziz El-Hachach el alcalde de El-Kittara:

        “Soy Aziz El-Hachach de El-Kattara, el acalde del pueblo, tengo sesenta años. Tenía eczema en dos lugares en el cuerpo. Había padecido de esta enfermedad por tres años. Cuando perdí la esperanza en la medicina, un día y antes de dormir, hice voto al fraile piadoso Estefan Nehme que lo había conocido muy bien. Le dijo: “Hermano Estefan, si eres un santo cúrame de esta enfermedad.” Se me apareció una noche de diciembre de 1966, en la forma de un monje. Al principio no lo conocí, me tomó la mano y la apretó tanto que me molestó. Le dijo: “déjame, monje.” Me volví hacia él y conocí que era fray Estefan Nehme en persona. Cuando le llamé por su nombre me dejo rápidamente, como el rayo, y me desperté curado de la enfermedad. Vengo con mi familia para agradecerle y cumplir mis votos.”


La curación de Elias Abi Jaoude de Beiteddin:

        “Me apareció un grano pequeño en el metacarpo de la mano derecha, que al desaparecer toda la mano se hincho hasta la axila, los venos se hincharon también de forma muy clara, y su color volvió muy oscuro. Se hinchó tanto que había vuelto difícil cerrarla. Unté la mano con muchas pomadas pero sin resultado. Al fin, el medico me aconsejó que me sometiera a una operación para abrirla sino sufriría de una intoxicación rápida. Empecé los preparativos para ingresarme al hospital, pero de repente mi esposa me dijo: “¿Sería posible que vayas al hospital cuando tienes aceite bendito de San Estefan, que rezumó por su tumba llevando su olor, desde febrero? Toma este aceite bendito, unta tu mano con el y te curarás totalmente”. Hice la señal de la cruz con el aceite sobre mi mano, de la punta de los dedos hasta su bajo. Volví a dormir hasta después de la medianoche y desperté con un sentimiento de alivio, volví a dormir hasta la madrugada y me desperté para ver que la hinchazón se había desaparecido y había una fístula que expulsó todas sustancias nocivas que estaban dentro. Me cure de seguida.”


El testimonio del padre Estefan Farhat:

        “Tuve en 1955 esplenomegalia de tal manera que la tensión arterial subió mucho “hasta 8 millones” por eso consultó muchos médicos, incluso el doctor Antoine Hunayn que me aconsejó que me sometiera a una esplenectomía para evitar las consecuencias funestas. Cuanto a mí, no concedí porque tenía diabetes y albuminuria, entonces seguí aguantando el dolor del bazo además del dolor del hígado, rezando a Dios que cumple su voluntad en mi. Al tratar de llevar el colchón me lastimé la espalda que crujió como una rama dura y seco, lo que me dejo paralizado. El dolor volvió insoportable y por eso perdí 14 kilos al cabo de 3 meses. Fui a visitar fray Estefan en medio de agosto y pedí que me curara, y padre Yusef Khachan estaba conmigo. Durante la noche, sentí un dolor muy agudo. Por la mañana, toque mi bazo y encontré que el hinchazón había desaparecido. Pero el dolor de la espalda estaba más intenso, tuve inspiración de que me hicieron una radiología y salió que tengo un vertebro agrietado y que había calcinación entre L4-L5, y eso según el doctor Emile El-Riachi. Me prescribió inyecciones y un corsé ortopédico y el dolor se puso a disminuir poco a poco. Agradecí a Dios que se glorifica por su santo padre Estefan”.


El testimonio del señor Michel El-Nahem de Kfifan:

        El señor Michel El-Nahem dijo: “En julio d 1956, me aparecieron verrugas en la mano y se propagaron en las dos manos hasta que su numero volvió más que ciento. Empezaron a agrietar y a segregar pus. Las pomadas no produjeron beneficio. Fui a Beirut para consultar el doctor Tabet que indicó que iba a hacerme una cauterización. Al regresar a casa, mi hermana me aconsejó que solicitara la ayuda de fray Estefan. Hice voto diciendo: “Maestro fray Estefan, si me curas te voy a visitar descalzo.” Al tercer día del voto, las verrugas pelaron y desaparecieron todas de mis manos.”


La curación de Janet Saade, 2008:

        “Soy Janet Saade. Hace cuatro años que mi ojo me llora, y a veces los dos me lloran, y llegó el tiempo en que las lágrimas corrían. Desde hace dos años fui al Centro del Ojo y la Oreja para ver el Doctor Imad que me dilató las vías lacrimales y me dio un colirio por diez días. Mi ojo volvió a lagrimear muchísimo, entonces volví a hablar al mismo medico que me explicó que eso significaba que necesitaba una operación y que iba a preparar todo para dilatar la vía lacrimal antes de la operación. Tuve mucho miedo del tubo estrecho que pondría en mi ojo. Antes de mi ultima cita con el medico, mi hermano el padre (Pierre Saade) me habló de fray Estefan. Me dijo que estaba escribiendo la biografía de fray Estefan Nehme que le estaba haciendo milagros y que había encontrado cosas muy lindas sobre su vida. Dije a mi hermano el monje: “Junta tus oraciones a las mías. Esta noche voy a pedir fuertemente a fray Estefan que me hace este milagro.” Al día siguiente, no había ni una lagrima en mi ojo. Mi hija Rita insistió llevarme al medico pero supe en el fondo que el milagro sucedió. Hoy mi ojo es muy normal y eche el colirio. Agradezco a Dios que atendió a la intercesión de fray Estefan.”


El testimonio de Dalal la hija de Nasib Samia:

        “Soy Dalal Nasib Samia, nací en Jdeidi en 1957. Hace aproximadamente veinte anos que sufro de dolor crónico en la rodilla, por consiguiente tengo dificultad en caminar. He consultado varios médicos pero sin resultado. En 2003, durante una de mis visitas al Líbano, fui al monasterio de Kfifan y el dolor estaba en su punto culminante. Me arrodillé al suelo de la gruta de fray Estefan y le pedí con fervor que me curara. Después de esta visita he empezado a sentir que puedo caminar sin dolor. Que se glorifica el nombre del Señor por escuchar mi ruego y por la intercesión de fray Estefan me curé.”


El testimonio de Dori Eid de Beiteddin el-Lakich 1993:

        “Soy Mary Eid, el abajo firmante, declaro que a mi hijo Dori se le apareció en la pierna un nódulo que tenía el tamaño de una almendra. Visitamos el sepulcro de fray Estefan Nehme y tomamos bendición de su tumba. El primer sábado de mayo, le unté la pierna con la bendición mencionada arriba, antes de tomarle el lunes al medico. El día siguiente se curó sin operación quirúrgica.”